Aunque nunca hayas escrito en un diario íntimo, como es mi caso, el hecho de tomar notas sobre sentimientos, intuiciones, ocurrencias o ideas casuales es terapéutico.
Hacer la lista del supermercado también te ordena la cabeza, pero no creo que te ayude más que a no olvidarte de nada. Sin embargo, los pendientes en una agenda o un anotador sí te organizan porque te permiten priorizar y dar un tiempo a cada cosa…
Por eso, siempre que puedas, escribe a mano. Algo, lo que sea. Que no te pille la noche sin que hayas escrito, de puño y letra, algunas frases en tu cuadernito especial (de colores, con frases en distintos colores…).
Para quienes somos amantes de los cuadernos rayados de tapa bonita, escribir en especial en páginas impares (las de frente; las otras no se comportan igual) es un acto creativo 100%.
Todo lo que escribo en redes sociales, libros o archivos de computadora… Todo lo que “el día de mañana” tomará forma de artículo periodístico o futuro PDF descargable… TODO pasó antes por un cuaderno, hoja borrador o anotador metido en el bolsillo interno de mi bolso.
Obvio que lo que me funciona a mí no tiene por qué hacerte cosquillas en la tripa a ti, pero (sí, siempre tengo un “pero”) quién te dice… Escribir sobre un papel te ayuda a incorporar, integrar, digerir eso que estás garabateando con palabras.
Lo que no te quieres olvidar y es importante para ti, escríbelo. Sí, déjalo por escrito.